| Despertar en un sudor
|
| Abandonando el placer por el arrepentimiento
|
| Otra noche de tizón había pasado lentamente
|
| Los cielos de la mañana una vez frescos y brillantes
|
| Oscurecido no cerca del crepúsculo
|
| Una vez podía oler el final de los días que venían rápido
|
| Gilles vagó como en el purgatorio
|
| Más allá de la tumba de su patrimonio
|
| Ni el cielo, ni el infierno ni el campesinado
|
| Estaban presentes excepto el odio proyectado
|
| Conocía la sospecha, sentía burla
|
| Y el dolor como una estaca afilada
|
| Perforar su corazón, y ahora el comienzo
|
| De su destejer comenzó a tomar
|
| ¿Glorioso vano, un Señor, devoto?
|
| Pensó que su alma estaba exenta
|
| De la culpa y la duda, no hay salida
|
| Diez leguas bajo el desprecio
|
| (Él bebió un océano «ing Juana la doncella
|
| La diatriba piadosa de un vampiro
|
| Su sangre caliente apestaba a devoción cargada
|
| Con sesgo por el pacto de amor)
|
| Despertar en un sudor
|
| Abandonando el placer por el arrepentimiento
|
| Su capilla coral suspiraba con sus lamentos
|
| A medida que las acusaciones alcanzaron un rugido
|
| Las investigaciones rompieron la puerta
|
| No puso nada excepto sus favores en defensa
|
| La Iglesia se agitó en su guarida romana
|
| La grasa se había gastado durante mucho tiempo.
|
| Ahora todas las lenguas escupieron a Tiffauges allí
|
| Diez leguas bajo el desprecio
|
| Solo un error
|
| Una obra fuera de lugar
|
| Y Gilles estaría deshecho
|
| Mientras se tambaleaba al borde de la derrota
|
| Profanando el altar de Dios
|
| irrumpiendo en la misa vespertina
|
| Amenazó allí con crucificar al sacerdote
|
| Borracho de vino ardiente
|
| Con la tormenta azotando detrás
|
| Luego arrojó a este filisteo
|
| A su mazmorra más sucia
|
| Y dinero adeudado o no
|
| El Sacerdote liberado o dejado para que se pudra
|
| Su flagrante sacrilegio engendró
|
| Una máquina de guerra de la Roma papal
|
| Vinieron por él en esplendor de luto
|
| Con la bendición de los Santos
|
| Su sonrisa aduladora en dulce rendición
|
| Una lección de moderación forzosa
|
| Conocía la sospecha, sentía burla
|
| Y el miedo como una estaca afilada
|
| Perforar su corazón, y ahora el comienzo
|
| De su destejer comenzó a tomar
|
| Pensaba cortes compradas con coronas de oro
|
| Obispos ricos que podría tentar
|
| Pero la puerta del traidor fue buscada y encontrada
|
| Diez leguas bajo el desprecio
|
| Diez leguas bajo el desprecio |