| me ven ahi
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| Sus ojos están en todas partes
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| Oler la ropa de cama por la suciedad
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| Siento su mirada ardiente
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| Ese odio luego estallará
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| y se retuercen sobre sus mujeres llenas de dolor
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| Tinta mágica de encaje con veneno, críticos
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| Ordeñado de los dientes infantiles
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| Aunque los golpes mordaces son tan artríticos
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| Cuando están configurados en repetición lenta
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| ellos saben que me importa
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| Huele nubes de tormenta en el aire
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| Silbido por la mordedura sobre mi corazón
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| Pero aunque me atrevo
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| La ruta teñida de negro de los pelos en dos
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| Prefiero no tentar el carro de manzanas envenenado
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| Siento dos agujas subiendo
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| Los ojos de serpiente hipnotizan
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| Sé que hierven, despreciando
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| Todo lo que poseemos
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| Siento dos agujas subiendo
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| La verdad es siempre cegadora
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| Sus mentiras, poco apetecibles
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| Toxinas para digerir
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| Engendran pesadillas
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| Caballos oscuros de la desesperación
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| Tomando cursos retorcidos en el arte
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| Y estaba yo allí
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| Apostar mis huesos en asuntos graves
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| Tendría sus agallas por ligas desde el principio
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| Siento dos agujas subiendo
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| Los ojos de serpiente hipnotizan
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| Sé que hierven, despreciando
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| Todo lo que poseemos
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| Siento dos agujas subiendo
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| La verdad es siempre cegadora
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| Sus mentiras, poco apetecibles
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| Toxinas para digerir
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| No es sin odio gatear en la inmundicia
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| Como vuelan otros menos basiliscos
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| Y los hermanos se abrazan a los pechos de una sílfide
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| Mientras sus amores reales se deslizan para morir
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| Así que mudar la piel muerta, trabajar los colores verdaderos perder
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| Renovando el rojo de sus ojos
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| Se enrollan como el pecado dentro de una excusa de adelgazamiento
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| A sangre fría, para afilar las mentiras
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| Serpientes inciviles, engañadores de raza
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| Desfigurar cabezas barnizadas de fiebres
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| Enredaderas de casas de serpientes en nuestros sueños
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| Del Edén, huye antes de que signifique
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| Para tirar los gusanos con las aguas
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| Lleno de engendros odiados
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| Y pon una espada para girar y matar
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| Todas las víboras a las puertas del amanecer |