No le pido al destino que te traiga de vuelta a mí.
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Sé que la felicidad no viene dos veces.
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Navego con el viento, pero mi río está en llamas.
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Y yo solo soy un velero de papel.
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Me despierto con sudor frío, dolor en el pecho.
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No me dejará olvidar los abrazos de despedida.
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El último grito de amor, el último "perdón".
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Y tu tierno cuerpo bajo un vestido de verano.
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Nunca te olvidaré.
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Tu amor, tu tristeza, sonrisas, lágrimas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas.
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Se acabó el vino, se apagó la luz, pero la casa es de otro.
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La vida de otro, la mujer de otro te despertará.
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Pero el dolor de la pérdida no se separará de mí.
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Mientras el corazón atormentado latirá.
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Deja que tu calor se quede contigo.
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Y a mí mi hielo de deseos incumplidos.
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Me he convertido en uno de todos, ahora me fusionaré con la multitud.
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Y nadaré en la corriente de las decepciones.
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Nunca te olvidaré.
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Tu amor, tu tristeza, sonrisas, lágrimas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas.
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Nunca te olvidaré.
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Tu amor, tu tristeza, sonrisas, lágrimas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas.
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Y fuera de la ventana, los cables siguen gimiendo.
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Y el tren me precipita hacia las heladas siberianas. |