| Cerrados, los ojos de los muertos
|
| Sin embargo, puedo verte toda negra rodeando mi antigua morada
|
| Un grito rompiendo el silencio
|
| Lamento de un doliente que lava el dolor como la lluvia
|
| Vida, el día en que nos iremos
|
| (La vida, la mayor de todas las mentiras)
|
| Un paso hacia lo desconocido
|
| (El momento de parpadear y nos vamos)
|
| Libre de todos los miedos
|
| (Antes de morir)
|
| Anhela la paz de nuestra tierra
|
| (Anhela nuestra inmortalidad)
|
| Finalmente de vuelta al lugar al que pertenecemos
|
| (Como la memoria reside en nuestro nombre y llena los corazones)
|
| Solitaria, mi cuerpo descansa
|
| Que la tierra descanse livianamente sobre mis despojos indefensos
|
| Vacío, epifanía de la ausencia
|
| Desvaneciendo todos mis sentidos en la noche eterna
|
| Vacío
|
| Tiempo, el día en que nos iremos
|
| (Tiempo, ilusión de nuestra mente)
|
| El sueño sin retorno
|
| (La némesis del anhelo más tonto)
|
| Donde todo está claro
|
| (La eternidad es)
|
| La fama resuena en las palabras
|
| (La fama, cuando vuelve a ser polvo, es inerte)
|
| El verdadero epitafio que vivirá para siempre.
|
| (Y todo lo que queda, puede ser amor o)
|
| Dolor, afligiendo los corazones
|
| (Dolor que infligimos a otros hombres)
|
| Infectando las almas
|
| (Tormento infernal dura para los que dejamos atrás)
|
| Está tallado en la memoria de nuestros hijos
|
| (Cara, oh, quienes somos en realidad)
|
| Enfrentar en lo que nos hemos convertido
|
| (Desnuda ante el juez supremo, la memoria)
|
| Da forma en el espejo a un hombre que no conocemos
|
| Brillar
|
| Antes de volver al polvo
|
| Aceptar la naturaleza finita de la carne y carpe diem
|
| Vive cada día como si fuera el último
|
| Sin la carga de temores paralizantes, pasa
|
| Como nos enseñó el maestro
|
| Frío, la mano del destino
|
| Cruel, cae implacable el telón sobre la carne que pasa
|
| La muerte, el cierre de la existencia
|
| La madre de todos los miedos y la desesperación de la humanidad
|
| No es más que vida |