| María Aparecida, porque apareció en la vida
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| María Sebastiana, porque Dios la hizo tan hermosa
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| María de Lourdes, porque me pidió una canción
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| Carmenita, porque me susurró «Bienvenido» al oído
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| En la primera noche cuando llegamos al hospicio
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| Y Lair, Lair, porque me quiso ver y fue al hospicio
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| Salete hizo chafé, que es un café té que me gusta
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| Y esa semana beber té era una adicción
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| Andréia en el estreno, en el segundo día, mi cinta se inclina
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| Cíntia, porque, aunque choque, el rosa es un color precioso
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| Y Ana porque parece una gitana de la isla
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| Dulcina porque es una santa, es una santa y me besó en los labios
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| Azul, porque el azul es color y el color es femenino
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| Estoy tan inseguro porque la pared es demasiado alta
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| Y para dar el salto me amarro a la torre en lo alto de la montaña
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| Atado a la torre, puedes ir al mundo entero
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| Y donde quiera que vaya en el mundo, veo mi torre
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| Solo balancéate y la cuerda me lleva de regreso a ella
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| ¡Ay, Sandra!
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| Atado a la torre, puedes ir al mundo entero
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| Y donde quiera que vaya en el mundo, veo mi torre
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| Solo balancéate y la cuerda me lleva de regreso a ella
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| María de Lourdes, porque me pidió una canción
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| Dulcina porque es una santa, es una santa y me besó en los labios
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| Andréia en el estreno, en el segundo día, mi cinta se inclina
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| Solo balancéate y la cuerda me lleva de regreso a ella
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| ¡Ay, Sandra! |