| Conocí a una chica que era de Barbalho
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| una chica ruidosa
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| estaba saliendo con un chico que era muy inteligente
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| Un chico muy diferente
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| Inteligente en la forma de ping en el tranvía
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| Es diferente por tipo
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| En camisa abierta y ciertos pantalones americanos
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| acuerdo de contrabando
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| Y salir del banquillo y, desbocando, bajar del tranvía
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| Siempre riendo y siempre cantando
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| Siempre bella y siempre, siempre, siempre, siempre, siempre
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| Siempre riendo y siempre cantando
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| Conocí a esta chica que era de Barbalho
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| Esta chica ruidosa
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| En la época en que Lessa era portero del Bahía
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| Un portero, una garantía
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| En ese momento la clase buscaría una paliza
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| Sobre la base de un valor vano
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| En el tiempo en que los negros no entraban en Bahiano
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| Ni por la puerta de la cocina
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| Conocí a esta chica que era de Barbalho
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| En el hacinamiento de la libertad
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| Que pasó por el punto de los Quince Misterios
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| Ir del barrio a la ciudad
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| A la ciudad, es decir, al Largo do Terreiro
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| a donde se fueron todos
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| Todos los días, todos los días, todos los días
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| Yo, mi hermana y mi tia
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| En ese momento, Antonio Balbino gobernaba
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| En el tiempo cuando yo era un niño
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| Chico yo estaba y mira ya me di cuenta
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| En una chica de Barbalho
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| Lo arreglé tanto que terminé arreglándolo
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| En el chico con el que estaba saliendo
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| Me di cuenta de que el niño era muy inteligente.
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| Un chico muy diferente
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| Inteligente en la forma de ping en el tranvía
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| Es diferente por tipo
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| En camisa abierta y ciertos pantalones americanos
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| acuerdo de contrabando
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| Y salir del banquillo y, desbocando, bajar del tranvía
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| Siempre riendo y siempre cantando
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| Siempre bella y siempre, siempre, siempre, siempre, siempre
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| Siempre riendo y siempre cantando |