| Dolorido, atrapado en un huracán
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| Está tomando cada músculo para moverse de nuevo
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| Noches sin dormir, domingos perezosos
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| Ojos pesados, es un caso de los lunes
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| Hundiendo los pies en la arena otra vez
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| Estoy pensando que debería mirar antes de aterrizar en un hoyo de seis pies, donde la flecha apunta a una zona de peligro, que debería evitar
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Debe ser uno de esos días
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Pero no tengo palabras para quejarme
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| Temblando, atado a las vías otra vez
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| Estoy esperando el sonido del motor del tren
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| Y a nadie le importa, nadie se queda
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| Pero para parar y mirar, y señalar con sus dedos
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| Sintiendo las manos en la oscuridad
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| Sabes que me estoy inclinando, pero es solo un comienzo
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| Porque el viento soplará y me derribará
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| Y la resaca me llevará a ninguna parte
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Debe ser uno de esos días
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Pero no tengo palabras para quejarme
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| Porque cuando los días terminan
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| Tengo tu hombro para ayudarme a llevar el peso tirando hacia abajo
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| ¿No te preguntaste cómo todo el mundo pasa el día?
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Debe ser uno de esos días
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| Oh-oh-oh-oh-oh, Oh-oh-oh-oh-oh,
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| Pero no tengo palabras para quejarme
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| Hacer hacer hacer hacer hacer hacer hacer hacer |