| Érase una vez un joven bribón
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| Nació bajo el signo de la serpiente
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| Sediento de tierras desconocidas
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| Se armó para una búsqueda en el bosque del juramento
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| En la madrugada de la noche escapó
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| Lejos de casa en el bosque de la muerte
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| Días y noches se desvió
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| Hasta que llegó a un lugar que nunca había sido encontrado
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| Una cueva tan oscura
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| Su sombra invisible
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| Para duendes aparte
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| ¿Un mal lugar para estar?
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| ¡Esperado por días!
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| pronto rodeado
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| Por criaturas danzantes
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| En la luz nocturna de la luna
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| Una joven lo tomó de la mano.
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| Susurrando palabras que no podía entender
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| Ella le dio un frasco y una botella de aguamiel
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| Y bailaron y cantaron hasta el calor de la medianoche
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| Somos gobernantes del bosque, refugio de los débiles
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| Le damos la bienvenida al reino de las golosinas
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| Siéntate amigo y sé nuestro invitado
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| Pero abusar de nuestra gracia
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| Prendemos fuego en tu pecho
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| Las malas virtudes, la avaricia y la codicia.
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| Cedió pronto y empezó a buscar
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| El tesoro de sus buenos patrones
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| Robó su oro y su doncella más encantadora
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| Después de años de fortuna, su joven rostro cambió.
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| Por una maldición de los ancianos
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| Los días se desvanecieron, las semanas se convirtieron en años
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| Su cuerpo ahora era frágil y asqueroso para ver
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| Somos gobernantes del bosque, refugio de los débiles
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| Le damos la bienvenida al reino de las golosinas
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| Siéntate amigo y sé nuestro invitado
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| Pero abusar de nuestra gracia
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| Prendemos fuego en tu pecho
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| Un viejo enamorado en la flor de sus años
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| Una vez demasiado orgulloso de prestar atención a la advertencia
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| Así que trata de tratar siempre con justicia
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| Abortar las virtudes la avaricia y la codicia |