| Una vez fui un niño.
|
| Hasta que me corte el pene.
|
| Y me creció un cráneo peludo
|
| de fuego obstinado.
|
| Entonces yo era una niña.
|
| Hasta que cosí mi agujero.
|
| Y me creció un corazón peludo de oscuro deseo.
|
| Pero.
|
| No hay respuesta. |
| Sólo ríndete,
|
| envía todas tus barreras al fuego.
|
| Y, que ningún pie, marque tu suelo.
|
| No dejes que ninguna mano te sujete.
|
| Una vez estuviste tan triste,
|
| hasta que te cortes el sufrimiento.
|
| Ahora te complaces a ti mismo,
|
| y pelea tus propias guerras.
|
| Y una vez fuiste tan débil,
|
| hasta que cosiste tus heridas.
|
| ¡Ahora has aprendido a cantar sobre el sol y el brillo!
|
| Se tu propio Heroe.
|
| Sé tu propio salvador.
|
| Envía todo tu sufrimiento al fuego.
|
| Y no dejes pie, marca tu suelo.
|
| No dejes que ninguna mano te sujete.
|
| No dejes que ningún pie marque tu suelo.
|
| No dejes que ninguna mano te sujete.
|
| Es todo tuyo (y nuestro).
|
| (uno, dos, tres) Es todo tuyo.
|
| (No dejes pie, marca tu suelo)
|
| Es todo tuyo.
|
| (Que ninguna mano te sujete).
|
| Se tu propio Heroe.
|
| (No dejes pie, marca tu suelo).
|
| Sé tu propio salvador.
|
| (No dejes que ninguna mano te sujete)
|
| Envía todo tu sufrimiento al fuego.
|
| No dejes que ningún pie marque tu suelo.
|
| No dejes que ninguna mano te sujete.
|
| No dejes que ningún pie marque tu suelo.
|
| No dejes que ninguna mano te sujete. |