| Te acuestas a mi lado en la quietud de la noche
|
| Deja que la mañana produzca, todo lo que es maravilloso, maravilloso a la luz
|
| Podrías haberlo hecho, hecho más claro
|
| Cuando escucho eso, escucho ese estribillo suave
|
| Y te escucho suspirar suavemente
|
| Quiero llevarte donde vuelan los flamencos
|
| (Los flamencos vuelan)
|
| Mucho más allá en el cielo azul claro,
|
| Ahí es donde vuelan los flamencos
|
| Mientras nos acostamos en la oscuridad y escuchamos la dulce canción del ruiseñor
|
| Y escuchamos la alondra, y quiero contarte nena, contarte un cuento
|
| Con el suave viento soplando, soplando afuera
|
| Oye, quiero dar ese paseo a la luz de la luna
|
| Y te escucho suspirar suavemente, nena
|
| Y estoy esperando en silencio
|
| Para que la luz de la mañana brille
|
| Y te estoy mirando, mirándome, y te estoy mirando
|
| Y estoy anticipando con todos y cada uno de los signos
|
| Sí, te estoy mirando, mirándome,
|
| Mirándote, mirándome, mirándote de vuelta
|
| Y estoy encontrando ese camino
|
| Ese camino que me llevará, llévame de vuelta a casa contigo bebé
|
| Y llevaré la carga donde vagan los ciervos y los ángeles
|
| Donde la felicidad toca, toca el ahora
|
| No sé de dónde vino, no sé cómo, y yo,
|
| Y te escucho suspirar suavemente, nena |