| Lejos bajo el agua encantada
|
| Como los ojos del amor tan profundo
|
| Ahí es donde aguarda el mayor secreto.
|
| Que alguna vez durmió en el fondo de un lago
|
| Dibuja a mi chico de pelo rizado
|
| A ti mismo en la noche sin fin
|
| Y lo mantiene atado en las cañas
|
| Hasta que un misterio mayor despierta:
|
| Sí, todos mis hijos, cantaron
|
| Esta canción, luego la muerte se la tragó
|
| Le quitó las mejillas radiantes
|
| La vida, el resplandor, el rojo.
|
| Se fue a los miembros moribundos
|
| en huesos tan suaves como la tiza,
|
| Los niños, nunca más cantarán
|
| Con los labios tan pálidos por el frío
|
| Muy por debajo del techo de cristal
|
| Que sacia la sed de toda chica
|
| Ahí es donde aguarda el mayor secreto.
|
| Eso es profundo en el pecho de un hombre
|
| Llama a mi hija sonriente
|
| Abajo en la marea silenciosa
|
| Apaga cada vela parpadeante
|
| sofoca cada brasa ardiente:
|
| Sí, toda mi esperanza, se está desvaneciendo
|
| Ella huye antes de la mañana
|
| A donde ya no me encontrarás
|
| La tarde ya me está esperando.
|
| La luz de la luna acaricia mis pies
|
| La noche me tiende dulcemente su mano
|
| porque tengo a todos mis hijos
|
| Solo conocido en mis sueños |