| En Bruton Town vivía un hombre noble
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| Tuvo dos hijos y una hija justa
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| De noche y de día estaban tramando
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| Para llenar el corazón de su hermana con cuidado
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| Una noche una noche nuestra jovencita inquieta
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| Un hermano se levantó de su cama
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| Escuchó al sirviente cortejar a su hermana.
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| Oh, escuchó que tenían en mente casarse
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| Oh, cuando se levantó a la mañana siguiente
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| Fui a buscar al sirviente
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| Y cuando lo encontró a este joven, lo asesinó
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| Oh, lo dejó tirado en las zarzas alrededor
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| Oh, ella se fue a la cama llorando y lamentándose
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| Y pensando en su verdadero amor
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| Y mientras dormía soñó que lo veía
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| A-tumbado en el campo todo cubierto de sangre y sangre
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| Oh, hermanos, hermanos, ¿por qué susurras
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| ¿Y qué ha sido de este siervo?
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| Oh, lo perdimos cuando estábamos compitiendo
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| Lo perdimos donde nunca será encontrado
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| Oh, ella se levantó temprano a la mañana siguiente
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| Y busqué el campo alrededor
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| Y allí vio su propia querida joya
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| A-tumbado en las zarzas donde lo habían encontrado
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| Tres días y noches ella se acostaría a su lado
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| Ella pensó que su corazón se rompería de dolor
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| Cuando un hambre cruel vino sobre ella
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| Y desesperada a su casa se fue
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| Oh hermana, hermana, ¿por qué susurras?
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| ¿Y no nos dirás dónde has estado?
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| Apartaos, apartaos malditos carniceros
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| Mi amor y yo te hemos matado a todos |