| He aquí la torre
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| Ladrillo a ladrillo lo elevamos hacia el cielo
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| Para llegar a las alturas del cielo
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| Y más allá
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| Con ojos de fuego y ardiente orgullo
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| Nuestro poder no puede ser negado
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| Para que Dios mismo pueda mirar
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| En lo que hemos hecho
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| Cuestionar mi propia intención y motivo
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| Babel, ¿realmente estás tan lejos?
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| A veces me pregunto qué haríamos si los aplausos hubieran muerto
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| Y nos encontramos actuando
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| A una sala vacía en un escenario vacío
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| ¿Los ojos de Dios o los ojos del hombre?
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| Nadie puede servir a dos señores
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| En planes maestros opuestos
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| Pero seguimos nuestro camino
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| Y sigue subiendo más y más alto
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| Pero más lejos para caer
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| Y construimos todas nuestras fortalezas
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| Detrás de todos nuestros muros
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| Pero estamos en el umbral
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| De perderlo todo
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| Toda la gloria que anhelamos
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| Todas las torres que levantamos
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| Todo el orgullo que construimos hasta el cielo
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| Cuando la vanidad se desvanece
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| La ilusión da paso a una torre
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| De cenizas y mentiras
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| Todavía buscamos construir nuestras torres más y más altas
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| A veces, cuando pensamos
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| Estamos tan altos
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| La única forma de ir es hacia abajo
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| Cuando es nuestro orgullo lo que nos lleva más y más alto
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| Vemos nuestras torres derrumbarse
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| Y en la impotencia golpeamos el suelo
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| Alto y más alto
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| Pero más lejos para caer
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| Y construimos todas nuestras fortalezas
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| Detrás de todos nuestros muros
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| Pero estamos en el umbral
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| De perderlo todo
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| Toda la gloria que anhelamos
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| Todas las torres que levantamos
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| Todo el orgullo que construimos hasta el cielo
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| Cuando la vanidad se desvanece
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| La ilusión da paso a una torre
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| De cenizas y mentiras |