| Siete soles iluminan el cielo
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| Nuestro tiempo ha llegado, por fin cabalgamos
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| En los días en que la magia arcana destrozó el cielo antiguo
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| Y poderosos tiranos gobernaron con brujería y acero
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| Donde vastas hordas bárbaras cabalgaron en campos de batalla malditos
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| Y derramaron la sangre de los demás con caos en sus corazones
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| Siete soles se levantarán en un cielo desierto sin fin
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| A través de estos antiguos caminos cabalgamos
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| Sentimos un dolor en el fondo
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| Recuperar el fuego en nuestras mentes
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| Y levantamos los puños contra el cielo
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| El reloj de arena proclama la muerte de las eras.
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| Las sagas olvidadas se desvanecen en la mitología gris
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| Ahora acero y honor y usurpado por la fría complacencia
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| Y batallas nacidas dentro del vientre vil de la avaricia
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| Siete soles se levantarán en un cielo desierto sin fin
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| Así que desde las profundidades de la antigüedad, bajo la arena abrasada por el sol
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| Un mal sin nombre espera para reclamar la tierra de nuevo
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| Y así esperamos con gran expectación la salida del séptimo sol
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| Para romper las cadenas de nuestro entierro
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| Llega el amanecer de la batalla
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| Más allá de estos muros de arena y tiempo, las campanas del destino repicarán
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| De las brumas arcanas de la profecía surgirán los guardianes
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| De una edad de espada y escudo y un campo de batalla distante devastado por la guerra
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| Hemos regresado para servir a este reino agonizante con hechicería y acero.
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| A través de estos antiguos caminos cabalgamos
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| Sentimos un dolor en el fondo
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| Recuperar el fuego en nuestras mentes
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| Y levantamos los puños contra el cielo
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| Todo lo que una vez fue, todo lo que creías se te debía
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| Ha sido destrozado y destruido y ahora por fin entiendes
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| Tu redención ha tenido un costo y no lloraremos por lo que has perdido
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| Así como nuestras palabras se desvanecen en el cielo lleno de estrellas
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| Debes arrepentirte, debes reclamar |