| Te contaré una historia sobre una noche en la ciudad
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| Empezó a beber a las cinco
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| Para cuando terminé
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| Casi me gasté los zapatos
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| Y visitó todas las inmersiones conocidas
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| Todas las luces en el callejón
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| Caer oscuro en el suelo
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| Cuando estás tratando de ver tu camino a casa
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| Y las damas de toda la noche
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| En su perfume tan fino
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| Sí, no dejaré solo a un pobre chico
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| Noches de borrachera en la ciudad
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| Mostrando su dedo del pie
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| Te tomarán por más de lo que sabes
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| No puedes juzgar un libro
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| Y no puedes confiar en un ladrón
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| Abajo donde brillan las luces de neón
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| Temprano a la mañana siguiente me levanté tan mal
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| Mis ojos estaban tan rojos como la luz
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| Mis bolsillos estaban vacíos, también mi corazón
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| prometí arreglar las cosas
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| Bajé al predicador, caí de rodillas
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| Le pidió al predicador que corrigiera todos los errores
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| Pero él solo negó con la cabeza, parecía arrepentido cuando dijo
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| «Hijo, has estado en esas calles demasiado tiempo»
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| Noches de borrachera en la ciudad
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| están mostrando su dedo del pie
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| Te tomarán por más de lo que sabes
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| No puedes juzgar un libro
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| Y no puedes confiar en un ladrón
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| Abajo donde brillan las luces de neón
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| Noches de borrachera en la ciudad
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| están mostrando su dedo del pie
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| Te tomarán por más de lo que sabes
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| No puedes juzgar un libro
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| Y no puedes confiar en un ladrón
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| Sí, donde brillan las luces de neón
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| Sí, donde brillan las luces de neón
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| Déjame contarte una historia sobre una noche en la ciudad |