| Así que ahora cantemos de lo que queda
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| Habrá quietud en nuestros corazones
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| Habrá una dulzura en nuestras vidas, adiós y adiós
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| Hay una playa que conozco en el borde del mundo
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| Niebla que se levanta de las olas rompientes
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| Hacia los acantilados, tan verdes como dios
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| Estaremos volando por volar, cantando por cantar
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| Mirando hacia atrás en el mundo solitario: bucear, bucear, sumergirse
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| En el gran azul nos perderemos, desaparecieron las dudas
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| Y el miedo a caer, el odio es una maldición levantada de nuestros hombros.
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| Nunca lo dijimos en serio en la forma en que pensaron
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| Si controlamos los nervios, pasarán por encima de nosotros;
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| Irán tan rápido que ni siquiera nos notarán
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| Estaremos volando por el bien de volar, cantando por el bien de cantar
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| Mirando hacia atrás en el mundo solitario: bucear, bucear, bucear
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| En el gran azul nos perderemos, desaparecieron las dudas
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| Y el miedo a caer, el odio es una maldición levantada de nuestros hombros.
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| Nunca lo dijimos en serio en la forma en que pensaron
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| Hora de morir, y morir, y volver a morir; |
| puertas que se cierran en casas vacías;
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| Es hora de rodar, rodar y rodar de nuevo, y todo lo que escucho es el rugido del diesel
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| Al igual que un pueblo puesto en vuelo, todo soplado en las interminables tormentas de polvo
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| Hacia el oeste y las colinas onduladas, para bucear, bucear, bucear de nuevo y
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| En el gran azul nos perderemos |