| Todos empezamos tan jóvenes
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| Todos empezamos tan inocentes
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| Solía pensar que el tiempo se movía lento
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| Ahora no sabemos a dónde fue
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| ¿Por qué tenemos que crecer?
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| ¿Por qué tenemos que envejecer?
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| Hay algunas cosas a las que no quiero renunciar, ¿sabes?
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| Como puestos de limonada
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| La gente nos daría dinero incluso cuando supiera mal
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| No teníamos ningún plan, y estábamos bien con eso.
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| Cuando mi amigo invisible y yo hablábamos
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| Y coloreábamos las calles con cosas imaginadas y todos nuestros sueños
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| En la tiza de la acera
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| Todos nos perdemos a veces
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| Todos nos desviamos un poco del camino
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| Por lo general, así es como te encuentras
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| Un día mirarás hacia atrás y te reirás
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| ¿Por qué tenemos que crecer?
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| ¿Por qué tenemos que envejecer?
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| Hay algunas cosas a las que no quiero renunciar, ¿sabes?
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| Como esas noches claras y frías
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| Nos abrigaríamos y contaríamos las estrellas a la vista
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| Nos estábamos congelando pero estábamos bien con eso
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| Cuando ese amigo y yo solíamos hablar
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| Y coloreábamos las calles imaginando cosas y todos nuestros sueños
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| En la tiza de la acera
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| Primero somos demasiado jóvenes para las cosas
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| Entonces somos demasiado viejos para las cosas
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| Entonces se supone que debemos olvidar esas cosas
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| Y pasar la página una vez que lleguemos a cierta edad
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| Pero no quiero seguir adelante
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| Y nunca olvidaré
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| Porque esas cosas me hacen quien soy
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| Como cuando corríamos por los pasillos
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| Cantando canciones tan fuertes que podías oírnos a través de las paredes
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| No conocía las palabras, pero estábamos bien con eso.
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| Luego nos sentábamos en la acera y hablábamos
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| Y colorear las calles con cosas imaginadas y todos nuestros sueños
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| En la tiza de la acera |