| Era el tres de noviembre del 79
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| Cuando crucé Bowden Moor en una ráfaga de nieve
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| Y el calor del calor en el viejo camión de tránsito
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| Y el indicador de combustible se inclinó hacia abajo
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| Lejos, hacia el suroeste, llegó el invierno
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| Un remolino de copos blancos atrapó el pálido resplandor de la tarde.
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| Y el puntito de luz de la granja en la colina
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| Parpadeó brillante a través de los árboles y la nieve
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| Porque muchas son las almohadas donde he recostado mi cabeza
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| De un catre en un barco a mi abrigo en el suelo
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| Y son muchas las puertas que he cerrado a mis espaldas
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| De una choza al mejor lugar de la ciudad
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| Pero hay una sensación que tienes cuando te diriges a casa
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| Ya sean diez mil millas o un viaje a la ciudad
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| Y vino a mí entonces cuando el sol de invierno se puso
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| Y la cortina del crepúsculo bajó
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| Cuanto más ganas, más hay por perder
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| Cuanto más amas, más tienes que temer
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| Y bajé a la tercera mientras subía a la granja
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| Tratando de silenciar esa voz en mi oído
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| Fue el 15 de marzo, 83 fue el año
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| En la autopista del promontorio oeste salpicada de lluvia
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| En un viejo Volkswagen destartalado rumbo al norte
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| La próxima vez que escuché esa voz una vez más
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| Recordé las esperanzas que había en mi corazón
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| Cuando crucé Bowden Moor en el 79
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| Y los años intermedios que me habían destrozado
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| Y el relámpago que derribó el pino
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| Enumeré cada poste de la cerca desde el borde del camino hasta la berma
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| Y contó cada roca en la pared de piedra arenisca seca
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| Y conté las flores doradas en espiral en los vientos
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| Y conté las cuentas de otoño caer
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| Miré hacia la cresta norte de las colinas de Yewden
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| Y al sur hasta los riscos de la corona de Rubislaw
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| Y escuché los cuervos negros volando desde el oeste
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| COMO la granja en mis sueños se derrumbó
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| Cuanto más pierdes, más hay para ganar
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| Cuanto menos pidas, más no te importa
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| Cualquier camino por el que viajas es un largo camino solitario
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| Cuando sabes que no has dejado nada atrás
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| bajé de una abuela ligada a la tierra
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| En una granja de West Island en la costa de Battersea
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| Y fue nombrado por un abuelo fue a la sede
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| Y ahora debo vagar una vez más
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| Y no hay un oficio en el que no probaré mi mano
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| Nunca hay una colina en la que no estoy listo para el crimen
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| Y no hay pena que no entienda
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| Mientras vacío la plenitud del tiempo
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| Y aún cuando el resplandor del otoño se convierte en escarcha
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| Y el dulce aroma del humo de la madera es fuerte en el aire
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| Recuerdo los amores y las esperanzas que perdí
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| Y una parte de mi quiere estar ahi
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| Así que ahora, cuando cruzo Bowden Moor en la nieve
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| Y la luz me hace señas, hay un juego que juego
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| Pretendo a la encrucijada que es de regreso a casa voy
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| Y me vuelvo hacia el este y lejos
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| Cuanto más ganas, más hay por perder
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| Cuanto más tiempo amas, más tienes que temer
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| Cuanto más de la elección entonces más de la elección
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| Y la voz que resuena en el vendaval |