| Todos los días, cada minuto, en todas partes
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| Nos asaltan las apelaciones al consumo
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| Siempre la misma canción con algunas variaciones:
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| «Debes comprar... debes comprar...»
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| Debes comprar una jaula para atrapar a la bestia dentro
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| Debes comprar revólveres para dormir bien
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| Debes comprar una casa con puertas a prueba de balas
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| Incluso deberías comprar una esposa falsa para encerar tus pisos
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| Debes comprar este auto nuevo para llegar lejos
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| Debes comprar esa piscina nueva para ser genial
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| (y pronto alquilarás el cielo para ahorcarte con la corbata o tal vez cortarte
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| tus muñecas con una tarjeta de crédito cargada)
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| Necesitas más y más mierda para ser sabio
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| Debes comprar más cosas para que se vea bien
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| (Y pronto necesitarás un psicópata porque te estarás preguntando por qué toda tu existencia
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| es tan carente de sentido)
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| Lo que obtienes no es lo que ves
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| La publicidad deforma la realidad
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| Usa tus malditas células cerebrales
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| Para deshacerse de la venda del código de barras
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| Lo que obtienes no es lo que ves
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| No cierres la boca, no dejes que sea
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| Es ahora o nunca, se acabó el lavado de cerebro
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| Quítate la venda del código de barras
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| Convertirán la basura en oro
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| Venderán cosméticos para tu alma
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| Placer instantáneo y amor plástico.
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| Incluso podrían resolver lo que no se puede resolver
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| Ilusión top-one por tiempo limitado
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| Paraíso empaquetado y paz mental
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| Despierta y derriba la pantalla
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| No estamos viviendo en un maldito sueño |