| Su nombre era Twister, vivía en el pasto
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| Justo debajo de la granja de mi papá
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| Dicen que hay un vaquero que una vez trató de montarlo
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| Ahora está reparando vallas con un solo brazo.
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| En mi camino a casa desde la escuela de alguna manera él siempre supo
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| Justo cuando venia caminando
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| Y se pararía en la puerta como el guardián del destino
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| Y ambos sabíamos que algún día tendría que montar
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| Ahora, al amanecer, bueno, me puse las botas
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| Y caminó hacia ese sol naciente
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| Mi corazón dio un vuelco cuando escuché sus cuatro pies
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| Golpeando la tierra roja como si fuera un tambor
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| Caminó hacia mí como para convencerme
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| Su corazón fue fácilmente domesticado.
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| Luego llegué a mirar el azul y el negro
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| Con un puñado de melena
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| Bueno, pensé que iría por un lado, pero se fue por el otro
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| Tengo suerte de haber sobrevivido
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| No siempre puedes sentarte en la cerca mientras el mundo pasa
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| A veces solo tienes que montar
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| Bueno, han pasado los años desde aquella mañana que subí
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| En esa sombra que atraviesa los campos
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| Todavía me duele el hombro cuando el tiempo empeora
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| A veces encuentras la fuerza en las heridas que no cicatrizan
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| Entre caballos y angustias, mujeres y errores
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| He pasado por más de lo que debería
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| Pero até una silla de montar en cada batalla
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| Y aguanté todo el tiempo que pude
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| Bueno, pensé que iría por un lado, pero se fue por el otro
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| Tengo suerte de haber sobrevivido
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| No siempre puedes sentarte en la cerca mientras el mundo pasa
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| A veces solo tienes que montar
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| Bueno, pensé que iría por un lado, pero se fue por el otro
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| Tengo suerte de haber sobrevivido
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| No siempre puedes sentarte en la cerca mientras el mundo pasa
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| A veces solo tienes que montar |