Noche. |
Las campanadas suenan furiosas, algo que no saben de su hermano,
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Cuyas gafas y cuello vagan, quien asoma en el Mausoleo,
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Cuyo humo, apenas humeante, luz de cigarrillo.
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Soy yo, me estoy descomponiendo como una niebla fría en Moscú
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Con un espíritu pálido y abatido, con una fuerza fría malvada
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Molesto odioso en una cabeza no partidista.
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Y en la calle Arbat, sobre una cuerda de plata, sacaban prostitutas para fusilarlas,
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Y desde la oscuridad del automóvil, los respaldos de goma prometían la anarquía de toda Rusia.
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Deambulo en una noche de niebla por las avenidas de los patios
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Veo de noche con mis propios ojos quién se pudre y se hace pedazos,
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Quien rompe espinas, refrescándose por la mañana.
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Respiro gas de capital, checheno en movimiento
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Siento la ciudad a la vez y la cruz, y el baño
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La historia de Evil Bulgakov, como la felicidad, como el problema.
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Y en la calle Tverskaya, oh, en especie, una fiesta mundana: hay una fiesta, todo el beau monde está girando en una danza redonda de la muerte.
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Allí, cualquier miembro y empleado se alegra de cualquier cambio, representa a San Petersburgo en el Kremlin, a Leningrado, cerca de Moscú.
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Veo a la multitud ruidosa derramarse como veneno
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Multitud codiciosa y sedienta, lava ágil de cucarachas
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O izquierda o derecha sin mazo y hoz.
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nado con el cansado Noé, clamo con el rescatado Lot,
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Me parezco un héroe del cielo, un enjambre de estrellas.
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Un tarro de esperma, hemorroides, o mejor dicho, un idiota.
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no entiendo nada, estoy en el desierto avanzado
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Congelar y quemar, morir, resucitar
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Me balanceo en el borde en la eterna búsqueda del alma.
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Y en la nueva estación, bajo un techo alegre, los trabajadores huéspedes sufrían, los sacaban a la fuerza.
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Sin premios y sin salario, como héroes del trabajo socialista, se llevaron ametralladoras, trenes comunales... |