| Los cielos traen ininterrumpidamente granizo primaveral
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| Ellos, como niños pequeños, atrapan las cúpulas de las iglesias con sus lenguas
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| Y cayendo de la hoja a las nevadas los átomos
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| Cuerpos crucificados sembrados de plaza de abrazos
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| ¡Viva! |
| Y déjalos volar a la orilla en cascadas
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| Oropéndolas a marineros oliendo a humos
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| Hasta septiembre invernarán este verano
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| Y si sale mal, volarán de regreso de la misma manera, en parejas.
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| Fanfarria de viento que revienta los tímpanos
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| Caravanas de personas sin hogar deambulan en el calor
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| Los empastes salen volando de los corazones con un sonido metálico sobre el hormigón
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| Su balsa es una esperanza que rasga nylon con bustos
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| Saludo, deja morir a los transeúntes al azar
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| En la melancolía de un jazz minor
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| Todos tus sueños caerán al suelo
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| Y un paquete de nueves pasará sobre ellos
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| Esta ciudad es un cuento de hadas, una ciudad de sueños
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| Esta ciudad realmente no vale nada
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| Pero agarrando copos de anfetamina
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| Inclínate ante la metrópolis distópica
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| MMSK, etiqueta #anhelo
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| Y ni un traje espacial ni un batiscafo salvarán
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| La pena ya está sellada en el escudo, y en el muelle las gaviotas
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| Lluvias de whisky se vierten en mi té
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| Niebla lisérgica o casas inclinadas
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| Doblándose en volúmenes, como si cayera en coma
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| El sol de plástico Kola se incrusta en los balcones de las casas:
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| Glaucoma, cistoma, sarcoma
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| Mientras los localizadores de los faros arden intensamente
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| Y los sombreros yacen en las coronas
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| Hasta que las pilas se hayan sentado en nuestros micro-mundos
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| Así la orgullosa ciudad fría seguirá viviendo |