| El verano en Savannah frenó a la liebre
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| Pero estoy en tu auto y conduciendo a la ciudad
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| El dedo perdido de mamá tenía voluntad propia
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| Y el perro que perdimos sigue volviendo a casa
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| Y ahora mis puños de jamón colgando alrededor de la máquina de refrescos
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| Y los pájaros no se mueven en los robles vivos
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| Corriendo sobre una mesa, papá dijo que aprendería
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| Tomas lo que obtienes y obtienes lo que ganas
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| Luego dijo, «cosechas lo que siembras»
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| Bueno, voy a tomar mi casa blanca, pintarla de oro
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| Verano en Savannah donde nunca sopla la brisa
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| Contigo acostado en mi regazo y vistiendo mi ropa
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| Mamá me dijo últimamente que estaba orando por ti
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| Así que no me escuches solo porque eres lo mejor que puedo hacer
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| Y ahora mi sin cuello maldiciendo en un televisor a color
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| Y la luz de gas gira con alas de escarabajo
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| Mirando al techo, papá se esforzó por decir:
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| «Encontrarás que un alma es tan pesada, pero no te dejes llevar»
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| Alguien dijo, «cosechas justo lo que siembras»
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| Así que voy a tomar mi casa blanca, pintarla de oro
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| El verano en Savannah requiere una medida de fe
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| Debajo de la cama, besas mi cara
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| Cuando mamá le dijo al médico que nací en el frío
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| Ella (?) y libre del señor
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| Y ahora mi mandíbula floja apoyada en un puesto de periódicos
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| Papá compró una bala del tamaño de mi mano
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| Atrapamos un pequeño avispón en una taza de té por diversión
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| Le cortamos la cabeza, pero aun así nos picaron
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| Creo que Jesús dijo, «cosechas lo que siembras»
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| Así que voy a tomar mi casa blanca, pintarla de oro |