Y en la orilla de esa casa parroquial de Hattula
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Hay un guiso de frijoles del sacerdote asistente en la sartén
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Porque en la sopa de gambas y habas
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Hay mantecas cubiertas de sal
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Y los fuelles de esa casa parroquial de Hattula
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Las blancas las usamos cuando cocinamos
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Para Semana Santa o incluso Mittumari
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Son suficientes para el repertorio.
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Y con la bula de la rectoría de Hattula
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Hay toneladas de anillos en la nariz.
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Pero una vaca rumiante en su centésimo año
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depende del maestro
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Y en los bosques de esa rectoría de Hattula
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Es un niño de Laponia en varios bocetos.
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Y milagrosamente sigue vivo
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Aunque haya heno en sus zapatos
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Y en el banco de esa casa parroquial de Hattula
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Hay una molestia de apóstol en la carrera
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No se carga de penas
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Eso es lo que quieren los deportistas de banca
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Y con la oveja de esa rectoría Hattula
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Hay una estufa de leña humeante en el corral.
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por eso uana tiene un pelo con sacacorchos
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Y el algodón es más cálido.
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Y en los terrenos de la vicaría de Hattula
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El camaleón también tiene un hogar nido.
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Hacemos mantequilla con mantequeras muy modernas
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No ayuda con demasiado ronroneo
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Porque del suelo de la rectoría de Hattula
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El pan sale pero el becerro es de oro
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Y por ahí vamos a los juegos de circuito
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Aburrido pero emocionado
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Pero de la charla de la rectoría de Hattula
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Cuando volvemos de allí, estamos preocupados por los salarios.
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La cosa en el guante es el guante en la uña
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Y el clavo está en la cabeza y el cuello |