| Solía creer que necesitaba ser partido en dos, alcanzado dentro de ti
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| Para ser recompuesto mejor que yo
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| ¿Necesito roer la rumia de mi corazón?
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| Cuando añoro por mi propio amor
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| Y parece que no puedo calentarme conmigo mismo
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| Me pierdo en la pérdida
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| Me pierdo, pierdo, pierdo, pierdo
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| En la televisión donde un sermón se tambalea hacia mí como un semi desvío
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| Lo que es peor, el pastor está maldiciendo por lo bajo
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| No puede encontrar el pasaje para respaldar la discusión que tiene consigo mismo.
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| Y veo una página en su Biblia rasgada y limpia
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| Mientras me quedo dormido mirando a través de las montañas en la pintura del motel
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| Y mi sueño se va conmigo
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| Estoy cayendo desde la cima, pero en lugar de ti, me estoy llamando a mí.
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| Me pierdo, pierdo, pierdo, pierdo
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| En mi vida de vigilia donde no puedo sacarme de mi mente
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| Lo suficientemente claro como para sacarte de eso también
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| En un intento de dar un paso atrás en mí mismo sin traerte
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| Si pudiera ver el día de hoy en todo su esplendor, creo que me sentiría humilde
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| Pero el pasado, tiene tal carisma, siento que se está poniendo al día
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| Y mejor corro, corro, para no perderme
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| En esa escena donde te maldije en la calle
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| Y me lo devolviste con una mirada tan amable
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| Es imposible describir más allá de esta mención perpleja
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| Ahora inclino la cabeza con incredulidad por lo cargada de una lección
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| Qué tan cargada de una lección
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| Ahora no hay mayor reto que domar mi violencia
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| Vivir con él el tiempo suficiente para deshacerse de él
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| En el lago de la intención pura, en el desierto del perdón
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| Le mostraré compasión
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| Lo jalaré hacia mí hasta que ambos nos quedemos dormidos |