| Oye, míranos
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| Dos niños de Sugar Land que parecen adultos
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| Los mismos que eran demasiado jóvenes para permanecer enamorados
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| Pero aquí estamos, tan bien hasta ahora
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| Oye, cariño, míranos
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| Dormir en un colchón en el suelo
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| Cuando tenemos lo que tenemos y no necesitamos nada más
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| Que vida, que amor, miranos
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| De «Oye, ¿puedo obtener tu número?»
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| A «¿Qué haces el viernes por la noche?»
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| Directamente a través de un verano adolescente
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| Para ir en nuestro quinto julio
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| De las luces del porche y balanceándose en los columpios
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| A la vida real haciendo lo suyo
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| De una tonta aventura de diecisiete
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| Para probarme anillos
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh
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| Mírate
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| Mirándome como siempre lo has hecho
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| Buscando la manera de hacerme reír
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| Y así, me lleva de vuelta
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| Chico, de vuelta
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| A «Oye, ¿puedo obtener tu número?»
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| A «¿Qué haces el viernes por la noche?»
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| Directamente a través de un verano adolescente
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| Para ir en nuestro quinto julio
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| De las luces del porche y balanceándose en los columpios
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| A la vida real haciendo lo suyo
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| De una tonta aventura de diecisiete
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| Para probarme anillos
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| De llamadas cercanas y casi saliendo por la puerta
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| Corriendo tan rápido, directo de regreso a aquello por lo que vale la pena luchar
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| Todo comenzó con un «Oye, ¿me puedes dar tu número?»
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| A «¿Qué haces el viernes por la noche?»
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| Directamente a través de un verano adolescente
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| Para ir en nuestro quinto julio
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| De no saber lo que significa todo
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| Cuando la vida real está haciendo lo suyo
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| De una tonta aventura de diecisiete
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| Para probarme anillos
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, para probarme anillos
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, oo-ooh
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| Oo-ooh, oo-ooh |