| La noche mara sisea, te abraza en el sueño
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| Rocas todavía paz en la tierra de la mente
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| Barre hasta las profundidades, en el mar de los sueños
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| Peleas y giros, pensamientos y discursos.
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| Ojo gris de locura, mirando sin descanso
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| Las mandíbulas chirriantes roen la médula del alma
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| Como sangre de cenizas, ella conduce
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| Por la tranquilidad de los senderos, desde el fondo de las montañas
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| La pálida reina de las pesadillas
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| Mura sus almas a la tumba de la locura...
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| Alma de noche, alma de noche, alma de ensueño, invitado de asalto
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| En un corredor fuera de la clasificación, ella te monta... esta noche
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| Bajo ramas estrechas, en los sinuosos matorrales de raíces
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| Vadeando en la oscuridad, hacia el mar eterno del mar
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| La pálida reina de las pesadillas
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| Mura sus almas a la tumba de la locura...
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| Alma de noche, alma de noche, alma de ensueño, invitado de asalto
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| En un corredor fuera de la clasificación, ella te monta... esta noche
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| En el río eterno del caos, desde las profundidades de los vientos nocturnos
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| En las horas tranquilas de la noche, bajo la mano fría del mar
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| Nuestros sueños del final de la vida tienen forma
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| Alma nocturna, alma de ensueño, huésped eternamente asaltante
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| La noche mara sisea, te abraza en el sueño
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| Rocas todavía paz en la tierra de la mente
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| Ojos grises de locura, mirando sin descanso
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| Las mandíbulas chirriantes roen la médula del alma |