| En la cama tu cuerpo arde como un fuego
|
| Y tus ojos se contraen debajo de los párpados de lado a lado
|
| Y mi ego parece que no puede controlarse
|
| Simplificaré, simplificaré los términos que me voy
|
| Hasta que mi cuerpo yace bajo las hojas y la hierba verde-verde
|
| Para entonces, mi ego finalmente podría controlarse
|
| Dejaré que mi amante mienta
|
| Y en ausencia beberé esta noche
|
| Con miembros cansados, mente indecente
|
| Y huesos de mendigo, huesos de mendigo, huesos de mendigo
|
| Dejaré que mi amante mienta
|
| Y en ausencia beberé esta noche
|
| Con miembros cansados, mente indecente
|
| Y huesos de mendigo, huesos de mendigo, huesos de mendigo
|
| Dejaré que mi amante mienta
|
| Podría buscar pacientemente otra oportunidad
|
| O podría cortarte profundamente con una simple mirada
|
| Odio tu vacilación
|
| Odio tu vacilación
|
| Dejaré que mi amante mienta
|
| Y en ausencia beberé esta noche
|
| Con miembros cansados, mente indecente
|
| Y huesos de mendigo, huesos de mendigo, huesos de mendigo
|
| Así que yacía como un monumento
|
| Al aplomo y la indiferencia
|
| Traicionado por los labios que se retiran
|
| Para mostrar los dientes, mostrar los dientes, mostrar los dientes
|
| Cambiaré mi suspiro vengativo
|
| Por un cuarto de despecho sin sentido
|
| Hasta que yo, como mi amante
|
| Acuéstate con huesos de mendigo, huesos de mendigo, huesos de mendigo
|
| Hasta que deje que mi amante
|
| Recuéstate como si supieras
|
| Me tragué mi orgullo hambriento
|
| Y déjalo ir todo
|
| Por el bien de una vida mejor
|
| Recuéstate como si supieras
|
| Me tragué mi orgullo hambriento
|
| Y déjalo ir todo
|
| Por el bien de una vida mejor |