| Notas:
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| - Los versos se tocan como el segundo verso, el resto - como el primero.
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| Linternas... linternas... linternas, linternas,
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| Como rostros pálidos dando vueltas en la niebla.
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| De madrugada en madrugada me despido de ti,
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| Petersburgo, Petrogrado, Leningrado.
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| Hay silencio en el Cielo. |
| En el espejo negro de las aguas
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| Con el paso del tiempo, la ciudad flota.
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| flota hacia el atardecer, o tal vez hacia el amanecer,
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| A pesar de todo, nada y nada.
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| Esta ciudad es como un viejo barco roto
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| Hay óxido en los marcos, un agujero en la parte inferior.
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| y en los dedos rotos de las anclas de acero,
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| Estoy leyendo la historia de tu vida.
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| Allí en las cubiertas de tus orgullosas plazas
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| Bebí el aire embriagador de las eternas noches blancas.
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| Allí besé los mástiles de las columnas rastreras,
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| Entonces, ¿dónde giraste la rueda, loco?
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| Y una noche libre de mariposas blancas
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| El tocino afilado de Petropalovskaya cosido al cielo,
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| Y la nave de Pedro se agotó,
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| Giró su torbellino, giró, giró.
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| Y di vueltas con él, y grité, y volé,
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| Y de repente, temblando en medio de la noche, recobró la vista.
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| Y a la almohada salada con la mejilla sin afeitar
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| Presionando con cansancio, encontré la paz.
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| comprendí el lujo de las fachadas y las espaldas de la pobreza,
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| Comprendí, la ciudad, que había elegido el camino equivocado.
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| Volando hacia la constelación de linternas alienígenas,
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| Dejo el barco, ahora no es de nadie.
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| A Petersburgo, a Petrogrado, a Leningrado, a ninguna parte
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| La cúpula de Isakiya vuela sobre mí.
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| Mi arca se aleja, adiós amigos,
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| Lo siento, no puedo quedarme.
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| Allí se están construyendo puentes, me temo no llegar a tiempo,
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| Vuela como un arco blanco hacia la noche blanca.
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| Las dudas pueden volver a vencerme
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| Y no dejes que me atreva a volar lejos, volar lejos.
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| A Petersburgo, a Petrogrado, a Leningrado, a ninguna parte
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| Mis sueños proféticos de repente retrocederán
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| Cuerdas de mis días inquietos.
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| La nostalgia de las noches cada vez es más fuerte.
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| Y otra vez farolillos, farolillos, farolillos,
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| Como rostros pálidos... en la niebla del amanecer.
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| Me despido de vosotros, Petersburgo, Petrogrado,
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| Mi hermoso y roto barco: Leningrado. |