| Cuervo sombrío sentado al borde
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| Alerta en guardia entre geranios y transmisiones
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| Aferrándose entre la luna y la luz consumidora
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| Se divisa el marco horario oblicuo desde la claraboya
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| Cuervo codicioso acostumbrado a las camelias
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| El olor de los cajones, el reflejo de los espejos
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| Él sostiene el receptor en medio de su pico, que ella desconecta.
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| Mientras Billie no para de cantar Man I love
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| Paseo por la casa en el barrio
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| Cortejo las paredes junto al patio
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| Y no estoy emocionado de subir
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| No voy a subir esta noche y no me importa
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| que hay detras de la puerta
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| Como un cuervo entre las chicas del barrio
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| Que no tienen nada que meterse por tus venas
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| Haz un movimiento y se van volando
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| Mientras se arrastran sobre sus pies
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| Te saludan y lo ves
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| Eso ya no será suficiente
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| Cuervo sombrío aferrado bajo el techo
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| pomposa hinchada a pesar de la cama
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| La luz de las velas tiembla en el fondo de la tarde
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| Las sombras tiemblan como una araña que se derrite
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| Croa sobre el sonido de su gemido moribundo
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| Croa quien ve
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| Lo que cede cuando cree
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| El carnaval estalla en la calle
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| Confeti y molinetes para saltar
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| Y serpentinas, sobre todos ellos
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| Las mascaras giran y me abrazan con amor
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| Lucifer no para de saltar
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| Líneas de sombras y signos entre el lino azul.
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| Perdido en los pliegues de aquellos que ya han huido
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| El cuervo no lo dice pero ya sabe que yo ya lo se
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| Como lo ve cuando se rinde, cuando cree
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| Cuervo sombrío sentado al borde
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| Ojo para no ver, miedo para no tener
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| Otra noche para quemar en su gemido moribundo
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| Pero volveré, vuelve a mentir por favor... |