Esta vez cantaré para ti no sobre fuerzas especiales,
|
Y sobre el oficio de zapador, mi historia
|
En nervios de hierro, esfuerzo hasta el fracaso
|
Después de todo, puedes cometer un error solo una vez.
|
Sobre el destino que a menudo se encuentra en las no narrativas,
|
Sobre la monótona vida cotidiana, que no es para ostentación,
|
Sobre las personas que sirven a la Patria por vocación
|
Y muchas veces como ángeles enterrándonos.
|
Y en el ejemplo de uno de los oficiales
|
Te mostraré lo importante que es su papel a veces.
|
Y de problemas irreparables de qué tamaño
|
Guarda su habilidad, experiencia y control.
|
chico Ural, teniente mayor de la infantería
|
En los brazos del falso silencio, no nuestras montañas
|
Siempre tomó su trabajo en serio.
|
Y allí estaba el mejor ingeniero-zapador de la brigada.
|
Y luego, una mañana, los autos se pusieron en marcha,
|
Y resopló en el humo envuelto en una armadura
|
Las orugas aullaban y los neumáticos gemían,
|
Los zapadores van por delante, tienen su propio juego
|
Y en el camino de la columna militar móvil
|
Haber trabajado al unísono con mi grupo
|
La mina terrestre más poderosa llena hasta los globos oculares.
|
Hackeó el starley y salvó a todo el batallón.
|
Te canté sobre la santa cuota militar,
|
Sobre el juego de la muerte diaria
|
Sobre aquellos que eligieron este camino por su propia voluntad.
|
Y como el creador es capaz de cambiar el destino
|
Lo que a veces nos lleva por un pasillo oscuro
|
No permitir que las almas escapen a la luz.
|
Y muchas veces solo gracias a los zapadores,
|
El soldado se encuentra vivo al amanecer siguiente.
|
Y muchas veces solo gracias a los zapadores,
|
El soldado se encuentra vivo al amanecer siguiente. |