| «Oh, mis valientes compañeros
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| Cuando sus almas se alejan en silencio
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| Y la vergüenza muerta sin ojos de que la bestia salvaje de la batalla en la cresta
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| La muerte permanecerá afligida en ese campo de guerra
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| Ya que tu valentía invicta se gasta
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| Y a través de algún Valhalla lunar pasará
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| Batallones y batallones, con cicatrices del infierno
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| El ejército que no regresa que era la juventud
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| Las legiones que han sufrido
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| y son polvo»
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| Marcha a través del barro y la lluvia
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| Los soldados desapareciendo en el gris.
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| Sin esperanza, miran al cielo
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| Durante años han sangrado en la línea
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| los vi avanzar
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| En el humo y el fuego
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| fueron cortados
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| Vi, como los valientes...
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| Muertos, por miles, olvidados
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| Sus nombres tallados en una cruz blanca
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| Las filas se extienden hasta el horizonte.
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| Y ninguna palabra puede hablar de la pérdida
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| Vi guerreros rotos
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| Sobre el yunque de Verdum
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| Sin retorno, las legiones
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| que sufrieron y son polvo
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| Nuestras banderas andrajosas vuelan en el viento
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| Por encima, cobramos de nuevo
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| La guerra será ganada, y Dios está de nuestro lado
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| Pero mis valientes compañeros, ¿por qué todos ustedes deben morir?
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| ¿Oh por qué?
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| ¡SOMOS LAS ARMAS!
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| Te vi nuestro trabajo, los destellos de luz
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| ¡NOSOTROS SOMOS LOS QUE!
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| Llenando las tumbas, los fantasmas en la línea de fuego
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| ¡AHORA ESTÁ HECHO!
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| Nuestra voz se escuchará en los siglos venideros
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| Esposos o amantes, padres o hijos
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| los rompemos
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| ¡Sí, somos las armas!
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| Y cuando las armas se callaron, por fin
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| No hay nada que quede del pasado
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| El mundo que conocí está muerto y se ha ido
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| Mi alma queda en ruinas
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| Y no puedo ver el amanecer |