| Pies ampollados, ensangrentados solos
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| Caminó por las calles un hombre desconocido
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| Cara maltratada mientras Él adorna
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| Túnica de escarnecedor, corona de espinas
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| Un árbol diseñado para su muerte
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| Maldito, calumniado por los gritos de culpabilidad
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| Los clavos y el martillo que se encontraron
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| Dos en las manos, uno en los pies
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| Levantado, puesto en exhibición
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| Para una mafia culpable de gritar y decir
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| "¡Crucificar! |
| ¡Crucificar!"
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| El pueblo gritaba crucificar
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| «¡Debe morir! |
| ¡Debe morir!»
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| Sin pelea sí cumplió
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| no se el dolor que sentiste
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| O servicio humilde mientras te arrodillabas
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| Abajo ante hombres tan humildes que serviste (y les lavaste los pies)
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| ¿Quién es este hombre que enviaron a morir?
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| Muchos todavía no pudieron responder
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| Traicionado y vendido por los suyos (con un beso)
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| Él satisfizo las necesidades de miles alimentados
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| Sanó a los enfermos y resucitó a los muertos
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| "¡Dios mío! |
| ¡Dios mío!" |
| El hombre dijo
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| «¿Me has abandonado hoy?»
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| sangrando, muriendo; |
| las palabras eran pocas
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| «Perdónalos Señor por lo que hacen»
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| Respiración jadeante lo escucharon decir
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| "¡Esta terminado!"
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| Acostado debajo del suelo, sabías que no podía retenerte
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| Ellos pensaron que estabas atado por las leyes de la naturaleza
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| ¡Él ha resucitado! |
| ¡Él ha resucitado!
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| Por el velo que se rasgó en dos y la oscuridad que sobrevendría
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| Un símbolo, por desgracia, de que la deuda finalmente se pagó.
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| Cuando la piedra fue removida, Él ya no estaba donde estaba
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| Seguramente nuestro Rey había resucitado de entre los muertos
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| Una y otra vez estamos cantando
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| Cantando para que todos nos escuchen
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| Esta no es una historia simple
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| Nuestras vidas son para tu gloria
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| Más allá de mis palabras y páginas escritas
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| Tu canción a través de las edades |