| El pintor de la muerte ha olvidado en qué creer,
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| Arriesgando la vida no supo por qué entró por estas puertas,
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| Amará al que lo despierte,
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| Y aunque no se cantará el cántico nuevo,
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| Nadie entenderá cuál es la naturaleza de la pérdida.
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| Ángel mío, ¿adónde nos ha llevado esta guerrilla?
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| El fuego eterno que yo llevaba chamuscó tus alas,
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| Y el amor, como una sentencia, la más alta de todas las medidas,
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| Un petirrojo vuela hacia el norte
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| Abro todas las ventanas sin abrir los ojos,
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| Sólo quedan unas pocas frases de la pasada rebelión en la memoria del mundo.
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| Los poemas fueron escritos por Abel, y la música por Caín,
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| Ahora solo un eco de todas las afueras,
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| El ruido virtual se llevó todo ese jazz.
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| Una piedra errante se arrastra hasta la cima de la montaña,
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| El demonio bautizado en el programa troyano trae regalos,
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| Pero cuando llega el amor, el servidor debe colapsar
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| El petirrojo vuela hacia el norte
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| Sobre el mundo, fusionándose con la oscuridad de la noche,
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| leyendo el camino a casa por las estrellas,
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| De vez en cuando hasta el fin de la tierra
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| El canto migratorio del amor sin límites tiene prisa.
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| Y somos presionados a la realidad por un botón de reproducción atascado,
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| Y necesitas tocar más fuerte y más alegre,
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| Reflejando en silencio como una reverberación sin fin
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| El petirrojo vuela hacia el norte |