| Me desmayé a la una y me desperté a las tres.
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| La luna llena te quemo por dentro
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| Las luces están encendidas en la esquina cerca de la farmacia.
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| Y te vas
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| ¿Le gustaría beber al menos algo para el contenido de su corazón,
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| Lo intentas pero no puedes caer
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| Y alguien adentro dice: esto es felicidad,
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| O estás delirando.
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| El sabor de la sangre te dejaba sin palabras
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| Y el agua llega a las cejas -
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| En algún lugar aquí
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| El mensajero de fuego ha caído
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| Y hoy una vez más el mismo miércoles -
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| ¡Que Isis te proteja!
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| Te acercas a alguien para decirle "Hola"
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| Y de repente notas que no hay nada concreto
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| Y los transeúntes te cuidan
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| Con una mueca…
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| Una ventisca sopla en la calle en verano,
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| y el viento arranca las puertas de sus goznes,
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| Y refugio, donde había una cama
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| Ahora, un pozo con una cuerda;
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| Así que volando en contra de todas las reglas,
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| Rompiendo los cables con un ala,
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| te encuentras de nuevo
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| Donde todos necesitan dormir
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| Donde todos los días, como siempre -
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| ¡Que Isis te proteja!
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| Todo el mundo habla y no todo el mundo habla de
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| Esta habitación está hecha de cartón.
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| Y miras a tu alrededor -
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| ¿Nadie escucha?
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| Y de repente el ángulo cambia. |
| Estás detrás del cristal
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| Y amigos - en el compartimiento del tren que parte -
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| Se van sin ni siquiera saber que te fuiste.
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| Y dejado solo en la plataforma,
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| Habiendo caído del delta del nido,
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| Ahora estás listo para la vida espiritual,
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| Pero no la necesitas
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| ¡Que Isis te proteja!
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| Y escuchaste eso en algún lugar después de la hora pico,
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| En el silencio del altar o en las listas de libros,
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| Hay un lenguaje desconocido para ti, en el que
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| Todo lo que quieres saber ha sido dicho
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| ¿Qué tenías miedo de admitir?
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| ¿Y por qué todos los santos te miran con reproche?
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| Deja de fingir que no puedes entenderlos
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| Estás solo en el camino para siempre -
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| Sonríe, disuélvete en el susurro de las hojas,
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| En el susurro del hielo de verano -
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| ¡Que Isis te proteja! |