El carruaje blanco rueda, las herraduras cinceladas repiquetean.
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Un vestido blanco revolotea, deja brillar los ojos de los amantes.
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La calle está encantada con ella, las rosas se mecen en su pecho,
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Y parece oír el repique de campanas, y oye consejos y amor.
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Y antes del toque de bodas, y debajo de la corona, ella y él...
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El que llevará en sus brazos de por vida.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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El carruaje blanco rueda, el deseado cabalga por el pasillo,
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Un vestido blanco ondea, pronto la felicidad es un país de cristal.
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La calle está encantada con ella, las rosas se mecen en su pecho,
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Y parece oír el repique de campanas, y oye consejos y amor.
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Y antes del toque de bodas, y debajo de la corona, ella y él...
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El que llevará en sus brazos de por vida.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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Y antes del toque de bodas, y debajo de la corona, ella y él...
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El que llevará en sus brazos de por vida.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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Con él habrá paraíso en la choza, y para siempre primavera en el alma.
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Las campanas ding-ding, dong-dong golpean las sienes.
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El carruaje blanco rueda, las herraduras cinceladas repiquetean...
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El carruaje blanco rueda, las herraduras cinceladas repiquetean...
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El carruaje blanco rueda... |