| La mujer del puerto baila con el vestido corto
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| El rojo de la tarde se va
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| Una mañana tomó el autobús
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| Porque quería ir a la ciudad.
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| Que su padre con la azada le robó toda la felicidad
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| Descubrió que estaba encerrada en un convento
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| Pero luego huyó del más allá.
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| Y en esta calle tan sucia como el mundo, que bonito es andar
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| La mujer del puerto baila con el vestido corto
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| El rojo de la tarde se va
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| El día vende en el sol del mercado
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| La dulce sal de la libertad
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| La noche vuela sobre un canal y despierta a toda la ciudad
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| Ella siempre está vestida de transparente.
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| y el pelo es lila
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| Lleva una estrella fugaz y aterroriza a la ciudad.
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| Marylou, Marylou, todos los marineros gritan TE AMO
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| Marylou, Marylou, todos los marineros gritan TE AMO
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| La mujer del puerto baila con el vestido corto
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| El rojo de la tarde se va
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| Pero entonces un contador se equivocó
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| Porque ya no podía contar
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| Entonces precisamente él también calculó matarla en un bar.
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| estaba tirado en el suelo
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| Pero él se levantó y dijo: "¡No lo hagas!"
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| Lo pellizcó debajo de la barbilla y lo envió al más allá
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| La mujer del puerto baila con el vestido corto
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| El rojo de la tarde se va
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| A veces al infame rebaño del pueblo
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| Necesitamos un lobo negro para enseñar
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| El loco hizo todo por su propia voluntad pero no a los ojos de mamá.
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| Desafortunadamente, nunca he vuelto a ver a Marylou.
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| Y a veces me pregunto dónde está
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| Pero tal vez es mejor vivir en el infierno que en una ciudad santísima
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| Marylou, Marylou, todos los marineros gritan TE AMO
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| Marylou, Marylou, todos los maridos gritan TE AMO |