| Dentro de un abrevadero lleno de humo, sin lujos
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| Un anciano patea la máquina de discos y se golpea el dedo del pie
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| El cantinero levanta la vista con una mirada tan fría
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| Y le dice al hombre que «si vuelves a hacer esa mierda te puedes ir»
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| Es demasiado alto o no tiene sonido, está roto o se ha estropeado
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| Todo es extremo, acelerado o ralentizado
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| Signos de pandillas y prostitutas, blanco suave y ventas de crack
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| Para los hombres de negocios el modelo es «no preguntes, no digas»
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| Soy una criatura de la noche, así que he estado aquí antes
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| Pedí un trago para tratar de tragar lo que vi en la tienda
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| Le dispararon a un delincuente menor, lo sacrificaron como a un perro
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| Pero sigo sin encontrar a los asesinos que busco
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| A pesar de que he estado cazando todos los días
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| Estoy empezando a sentir que la situación se escapa lentamente
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| Por lo que hice, otro niño inocente tuvo que pagar
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| Pero lo haré bien y no dejaré que esos punks se escapen
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| Estoy en una cabina oscura raspando la pintura de mi máscara
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| Usando una cuchilla que normalmente guardaba dentro de mi bolso
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| En mi propio mundo hasta que escuché el sonido de un vaso lleno de cerveza al caer al suelo
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| y los clientes se ríen
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| Por el volumen del sonido me di cuenta de que estaba cerca
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| La cerveza salpicó mis pestañas y todo mi abrigo
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| Levanto mis ojos y veo a la chica cuyo vidrio acaba de romperse
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| Ella mirándome todo tembló como si acabara de ver un fantasma
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| Alcancé mi cuchillo, pregunté si había algún problema
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| Me agarró la mano y me dijo «no» en un tono que me tranquilizaba.
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| Su cuerpo estaba mal, el acento era extranjero.
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| Su nombre era Tasha, se sentó y luego comenzó a hablar.
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| Ella dijo: «Tú no me conoces, pero sé quién eres
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| De esa noche me atacaron y escapé con esta cicatriz
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| Tengo información que podría interesarte
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| Los dos niños que intentaron violarme y mataron a ese niño.» |