| Padre, huimos de tu casa gris.
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| Corrimos desde casa para buscar un lugar donde nuestros cuerpos nunca crecerían.
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| ¡Soñador, niño, ten cuidado con este mundo!
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| Tiene apetito por los niños y las niñas y tiene hambre de tu alma.
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| ¡Los niños pequeños con sueños de aviones de papel nunca tuvieron la intención de raspar el cielo!
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| Mantén los pies en el suelo, niño, solo los pájaros están destinados a volar.
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| Mantén tu cabeza lejos de las nubes chico, mantén tus alas,
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| Mantenlos siempre a tu lado.
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| Antes de volar, te caerás,
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| Antes de caminar, gatearás...
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| No tienes necesidad de coser tu sombra a tus talones,
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| No, no esta vez.
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| Hijo, caminarás sin susurro, sin sonido,
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| Solo los pies de los que tienen el corazón apesadumbrado se mantienen en el suelo.
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| No tienes necesidad de correr las cortinas, hijo, ábrelas de par en par.
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| Cruzar las fronteras entre el nunca y la noche.
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| Encuentra el brillo en tu sonrisa, persíguelo hasta la mañana,
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| Más allá de la segunda estrella a la derecha.
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| Seremos el humo que se encrespa en el alambique.
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| Los capitanes de aeronaves; |
| esperamos que el sol cepille las colinas.
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| Hijo, comparto tus sueños de barlovento,
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| ¡Volar desde este pequeño pueblo de ventanas destrozadas y puertas batientes!
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| Las vigas crujen y las tablas del suelo gimen
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| Mientras las sombras bailan con el golpeteo de los dedos de mis pies.
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| No nos queda nada más que la altitud,
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| Seremos los reyes del aire.
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| Robado, por el viento que convierte las hojas en navajas.
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| Sosteniendo solo una cuerda, nuestro cordel y nuestro papel se perdieron en la brisa. |