| Veo al vigilante mirando en lo profundo de la noche,
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| Siempre lo encuentro donde está su corazón, está peleando la buena batalla,
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| Huele el aroma de los problemas y se prepara para irse,
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| Tiene los ojos en el horizonte, llegando más alto,
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| Tiene los ojos en el horizonte y las botas en los pies.
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| Cuando me quedé varado en la encrucijada, era triste y gris,
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| Y cuando le pedí direcciones me mostró el buen camino,
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| Y si el cielo sigue girando, su ritmo nunca se desvía
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| Porque su corazón es siempre fiel, llegando más alto
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| Porque su corazón es siempre fiel al capitán al que sirve.
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| Así que cuando la tormenta del engaño esté dando la vuelta a la curva
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| Ya sabes, el justiciero está mirando y no lo deja entrar.
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| Aunque lo he visto escalar montañas con una carga tan pesada
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| Siempre echa una mano y camina por el buen camino,
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| A menudo me hace preguntarme cómo gana con tanta facilidad,
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| Pero luego mantiene su vigilia constante, y su objetivo es complacer
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| Entonces, cuando la ilusión se acerca y el peligro está cerca,
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| Ya sabes, el vigilante está mirando y no lo dejará pasar.
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| Lo he visto luchar contra el enemigo más feroz hasta que sus fuerzas se dividen,
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| Porque es el más bello de todos y elige el lado bueno,
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| Entonces, cuando los tentadores se burlan y tratan de hacerlo sentir inseguro,
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| Ya sabes, los fuegos de la guerra están ardiendo, llegando más alto,
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| Ya sabes, los fuegos de la guerra están ardiendo, pero sus armas son puras.
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| Entonces, cuando las nubes de confusión pueden aparecer a la vista
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| Ya sabes, el vigilante está mirando y no los dejará pasar.
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| Veo al vigilante mirando en lo profundo de la noche,
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| Siempre lo encuentro donde está su corazón, está peleando la buena batalla,
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| Huele el aroma de los problemas y se prepara para irse,
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| Tiene los ojos en el horizonte, llegando más alto,
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| Tiene los ojos en el horizonte y las botas en los pies.
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| Está mirando las 24 horas del día. |