| Érase una vez un hombre que despreciaba a su mujer
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| Nunca fue feliz con su suerte ni con su vida.
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| Sus modales eran miserables
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| Y él no podía ser educado
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| Y su esposa encontró un pozo de los deseos una mañana
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| Ella dijo que deseo que todos me escuchen
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| Deseo con todo lo que veo
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| Toma a este hombre y hazlo pequeño
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| Tan pequeño como puede ser...
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| Este hombre era tan mimado como el gato que consiguió la crema
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| Gritaría, maldeciría y continuaría como nunca lo has visto.
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| Infantil y terco
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| Como una mula junto al mar
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| Entonces su esposa encontró un pozo de los deseos una mañana
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| Ella dijo que desearía que todos ustedes me escucharan
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| Deseo con todo lo que veo
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| Toma a este hombre y hazlo amable
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| Tan amable como puede ser...
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| Este hombre no se complació en la belleza de la tierra
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| El dinero era lo único que podía entender
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| Egoísta como una almeja era
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| Que todo el resto sea condenado
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| Entonces su esposa encontró un pozo de los deseos una mañana
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| Ella dijo que deseo que todos me escuchen
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| Deseo con todo lo que veo
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| Toma a este hombre y hazlo sonreír.
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| Tan feliz como puede ser...
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| Esa noche se durmieron en la comodidad de esa cama.
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| Un viento extraño susurraba justo lo que había dicho la esposa
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| En la mañana donde el hombre había puesto
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| Había un perro en su lugar
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| ¡Y su mujer lloró de alegría por la mañana!
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| Ella dijo que deseo que todos me escuchen
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| Deseo con todo lo que veo
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| Toma a este hombre y hazlo mío
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| Por toda la eternidad… |