| Déjame contarte un secreto, uno de
|
| al otro lado de la división; |
| cuando te vi
|
| con ella ese día, yo…
|
| …No sé cómo me sentí,
|
| para ser sincero. |
| Confundido, tal vez,
|
| al principio y triste, por lo de siempre,
|
| pero solo por un momento…-
|
| y luego todo cambió.
|
| Porque también había otro
|
| sensación, una que nunca había
|
| encontrado antes:
|
| un placer genuino,
|
| un calor se apoderó de mí, y yo estaba
|
| sorprendido de que la única causa de esto
|
| fue el hecho de que TÚ eras feliz,
|
| y ser testigo de esta fortuna
|
| eso no era mío, era suficiente todavía
|
| para que abandone mi tristeza
|
| y deléitate en la alegría…
|
| …que claramente habías encontrado.
|
| Pero entonces, como sucede con una mente que es
|
| marea, al final del día la tristeza
|
| volvió, junto con la crueldad de mi
|
| condición: negado para siempre… ¿ahora qué?
|
| se convirtió en suyo.
|
| Para decirlo más sin rodeos: me compadecí de mí mismo.
|
| Me senté allí y lloré y sollocé como
|
| un tonto que la naturaleza me había construido en tal
|
| de una manera sucia...- que nunca seré
|
| lo que ella es para ti.
|
| Sin embargo, al comparar mi soledad gris
|
| al halo dorado de tu gozo bienaventurado,
|
| esa calidez de antes una vez más
|
| me venció y se quedó en mi corazón
|
| hasta este mismo día.
|
| Entonces, déjame contarte un secreto ahora:
|
| es casi como si ya no fuera yo mismo,
|
| Estoy bañado en un sentimiento maravilloso...-
|
| porque sé que estás feliz y bien. |