| Las linternas nos vuelven idiotas
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| Las luces intermitentes nublan nuestra vista
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| Donde hay rayos, siempre se requiere precaución:
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| La sonrisa vacía nos rompe el cuello
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| Sí, ¿qué sucede con tal flash? |
| Bueno, unos 20.000 lux.
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| Ilumina tu rostro, y como en la fábula del zorro
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| Y del cuervo, que supuestamente podía cantar tan hermoso, continúa
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| Eres la más hermosa, dice el flash, y aún más inteligente.
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| Dos metros cincuenta de alto e importante y el centro del mundo
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| ¡Es por eso que te iluminó de la multitud gris!
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| Le das una sonrisa, él la atrapa y se va con su botín
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| Estás parado en la oscuridad, un pequeño miserable en medio de todo el paquete gris.
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| Pero te gustaría estar en la luz otra vez y medir seis pies y dos
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| Ahí viene la siguiente cámara, y ahí miras de nuevo
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| Las tormentas eléctricas nos hacen más tontos
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| Nos rozan el estómago y nos dan importancia
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| Con cada pose, la columna se dobla
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| La cara sonriente, siempre lista para sonreír.
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| ¿Qué hace el rayo en nuestras cabezas? |
| Bueno, desde un punto de vista médico.
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| Primero la pupila se estrecha y el músculo de la risa habla
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| Abre las comisuras de la boca, eso deja muerto el nervio de la percepción.
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| Y la repetición constante lleva a la estupidez gradual
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| Porque con cada unidad adicional de favorecedor de saliva
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| Si hay daño permanente a la capacidad de juzgar
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| Y en la etapa final, incluso en ausencia de lentes fotográficos,
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| A la sonrisa infundada, permanente e insaciable
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| Ahora el paciente cree que en realidad es hermoso, inteligente y alto.
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| ¡Entonces la situación ya no es seria, entonces es desesperada!
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| Las luces de flash hacen que todo sea un poco más brillante.
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| Incluso lo que a algunas personas podría no gustarles
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| Así que de repente ves el cadáver en el sótano.
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| Que yacía tan pacíficamente hermoso en la oscuridad
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| Las víctimas indefensas de los flashes se abren dondequiera que mires
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| Mujeres gimiendo y hombres radiantes, sin importar el periódico que leas
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| Algunos solo te enseñan las encías, otros sin preguntar
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| Sus piercings genitales y sus inserciones de silicona.
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| Otros compiten en el atril frente a compañías de honor y
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| Darse la mano adoloridos frente a las cámaras
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| Porque no las semicelebridades ni las modelos coños
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| No, la política los saca, los casos realmente trágicos
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| De exhibicionismo, estupidez y locura en unidad de acción
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| Con exceso de confianza y lujuria mediática incurable
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| Los flashes nos hacen vanidosos
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| Convierten al sabio estadista en un payaso
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| Se tiñe el pelo, que es gris en honor
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| Una vez más juvenil rojo-marrón oscuro
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| Así que nota:
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| El relámpago es primero
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| Entonces la cresta se hincha
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| Entonces el pecho se hincha
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| ¡Y luego viene la pérdida total de la realidad!
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| Las linternas nos vuelven idiotas
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| Por lo tanto, en caso de peligro, me ordeno más o menos:
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| No caigas en el pegamento, no caigas en el rojo
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| ¡Alfombra, cállate y haz tu trabajo! |