| Estás conduciendo, es justo después de la medianoche.
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| Y el pavimento se desvanece en caminos de tierra, grisáceos por tus luces altas
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| Y en un instante me ves: te estoy saludando con tanta esperanza
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| «Tengo tanto sueño y esperaba
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| Que podrías dejarme en la casa de piedra
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| Eso es solo dos colinas más
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| Tengo que llegar a casa antes de que mis padres empiecen a preocuparse por mí»
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| Entre la amabilidad de los extraños y el estruendo del camino
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| Hay un tipo de recuerdo lento que tarda años en desarrollarse
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| Está en las dalias junto a las zanjas y el asiento trasero de un automóvil
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| Sí, estoy agradecido con los extraños que me han llevado hasta aquí.
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| Y como los árboles empapados con la luz de las estrellas en el tiempo
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| Son reemplazadas por cruces interminables que suspenden las arterias eléctricas
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| Y farolas y vallas publicitarias para plaguicidas, digo, «ya casi llegamos»
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| Miras en tu retrovisor y ves cómo
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| Sucio me he vuelto por caminar en la oscuridad
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| Desde Dios sabe cuando
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| Y volviendo tu mirada hacia la casa ahora ardiendo en un resplandor amarillo
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| Entre la amabilidad de los extraños y el estruendo del camino
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| Hay un tipo de recuerdo lento que tarda años en desarrollarse
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| Está en las dalias junto a las zanjas y el asiento trasero de un automóvil
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| Y estoy agradecido con los extraños que me han llevado tan lejos
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| Estoy agradecido con los extraños que me han llevado tan lejos
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| Así que sales para abrir mi puerta y
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| Para desearme bien; |
| hace mucho frío, sí, hace absolutamente tanto frío como el infierno
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| Y las luces de peligro rojas que brillan intensamente parpadean como un reloj fuera de sincronización
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| ¿Estás solo ahora? |
| ¿Dónde podría?
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| ¿Ha escapado tan rápido? |
| Un golpe en la puerta de mis padres
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| Un suspiro de conocimiento
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| Mi padre te preguntará adentro
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| Preguntarte si aquel a quien le habías dado mi paseo
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| Estaba todo sucio, pálido y tranquilo con los ojos de un caballo de carreras.
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| Porque sabes que me he ido desde 1995
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| Y no eres el primero en intentarlo
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| (Pero sigo vivo)
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| Entre la amabilidad de los extraños y el estruendo del camino
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| Hay un tipo de recuerdo lento que tarda años en desarrollarse
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| Está en las dalias junto a las zanjas y el asiento trasero de un automóvil
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| Y estoy agradecido a los extraños que me han llevado
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| Sí, estoy agradecido con los extraños que me han llevado. |