11. Cuarenta besos
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Porquero
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Como la devoción no requiere postura,
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Por eso mi amor no espera el consuelo.
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Me convertí en un huésped no invitado en tu casa,
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Descendí a una vulgar serenata.
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Estoy debajo del balcón, como si estuviera debajo de un tacón ...
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¿Por quién doblan mis campanas, por quién?
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¡Por usted, Su Alteza, por usted!
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Y el corazón resuena al compás: pabam - pabam...
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Una princesa
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De ti poeta, como de una alcancía,
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Disculpe, tesorero real.
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Solo tienes aserrín en la cabeza.
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Y mil cositas innecesarias.
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Olvidaste, como todos los poetas,
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Cántame sobre la luna y los amaneceres.
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Porquero
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Bueno, hoy falta mucho para que amanezca.
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Y la luna, como tú, no está cerca.
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Que las rimas no me vengan fácil,
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Sin embargo, ¿qué es la creatividad sin riesgo?
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Sí, solo soy un humilde porquerizo,
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¡Pero por tu bien, Princesa, por tu bien!..
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¿Qué ofrecerte? |
¿Mano? |
¿Un corazón? |
¿Amistad?
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¿Jardines de delicias? |
¿O la dicha del abismo?
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Una princesa
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Gracias, no necesito nada.
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No he estado interesado en esto durante mucho tiempo.
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Porquero
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Todavía creo en ti. |
Sí, y dentro de ti mismo, mientras
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Aquí en el seno hay un pequeño milagro.
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¿Quizás este milagro te convenga?
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Una princesa
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Dime, ¿cuánto cuesta este milagro?
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Porquero
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Este milagro vale cuarenta besos -
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Besos de la princesa.
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Pero, previendo excesos desagradables,
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Solo pido cuarenta besos -
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De las damas de la corte, de las damas de compañía y de las señoras de la limpieza,
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De concubinas reales y herederos,
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De las señoras de las primeras personas y sus alcahuetas,
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A la espera de ocasiones, postrados en las barandillas de las escaleras de servicio.
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Este milagro no cabe en un sobre
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No se saca al público y al escenario.
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Este milagro vale más, créeme
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Mucho más, pero estoy bajando el precio...
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Una princesa
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Lo siento, no creo en los milagros.
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Tengo un contrato de matrimonio mañana,
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Y mis ojos están caídos...
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Buenas noches.
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La cortina.
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Descanso. |