| Dormías medio cogida en mi brazo,
|
| ha sonado un claxon de coche atascado,
|
| has abierto un ojo perezoso y callado
|
| y has vuelto a tu sueño privado.
|
| Subía el cafe y nos he recordado
|
| bailando en una playa con sombreros mexicanos,
|
| la cara que hacías al ir girando
|
| creo que era de felicidad,
|
| creo que era de felicidad.
|
| De momento no te reíré más las gracias,
|
| por una vez he entendido lo necesario.
|
| Páselo bien, que me borro del mapa
|
| para preparar en la sombra un gran plan quinquenal.
|
| Siento que te despiertas, te vengo a buscar,
|
| niña tienes café, ¿quieres que tueste pan?
|
| En el diario nada demasiado estimulante,
|
| poco en poco ya te vas despertando.
|
| Y fumas mirando los coches pasar,
|
| te entregas en el aire denso del vecindario,
|
| pienso proponer que bajemos al faro,
|
| yo que nunca he sido hombre de mar,
|
| yo que nunca he sido hombre de mar.
|
| El primer año compraré una corbata muy larga estampada de colores crudos,
|
| y, en segundo lugar, los mejores profesores europeos me enseñarán a hacer el nudo.
|
| Por el tercero guardo la antología de los grandes octosílabos que hablan de tú
|
| y, por el cuarto, la edición limitada forrada en terciopelo.
|
| Y el quinto nos cruzaremos por el Eixample y pediremos mesa en un bar de menús.
|
| Sacaré pecho, enseñaré la corbata, y entonces, bonita,
|
| dependerá de tú.
|
| Y entonces todo dependerá de tú. |