| Para cuando llegué
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| Se había cansado, su salud se dirigía hacia el sur
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| Estaba subiendo lentamente en la silla
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| Pero una vez que estaba arriba, podía volar
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| Señor, él podría volar
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| Me contó historias sobre el oro de California
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| Trabajando con Shorty en ese frío oeste de Texas
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| Era áspero como una mazorca, más duro que las uñas
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| Pero cuando hablaba de ella, lloraba
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| Oh, cómo lloraría
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| Y aprendí a amarrar y aprendí a rezar
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| Y cómo las acciones hablan más fuerte que cualquier palabra que puedas decir
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| Como revienta broncos en los que me he aferrado a mi querida vida
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| A todo lo que alguna vez dijo
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| Oh, y aunque se ha ido hace mucho tiempo
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| Todavía estoy aquí montando con Red
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| Nunca me gustó o aprendí demasiado de la escuela
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| Me enseñó los golpes duros y la regla de oro
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| Cómo masticar, cómo escupir, trabajar duro y nunca rendirse
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| Me dio dinero para gastarlo en las chicas
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| Y aprendí a amarrar y aprendí a rezar
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| Y cómo las acciones hablan más fuerte que cualquier palabra que puedas decir
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| Como revienta broncos en los que me he aferrado a mi querida vida
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| A todo lo que alguna vez dijo
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| Oh, y aunque se ha ido hace mucho tiempo
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| Todavía estoy aquí montando con Red
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| Y aprendí a amarrar y aprendí a rezar
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| Y cómo las acciones hablan más fuerte que cualquier palabra que puedas decir
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| Y como los broncos que revientan me he aferrado a mi querida vida
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| A todo lo que alguna vez dijo
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| Y seguiré cantando su canción
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| Así que su memoria sigue viva
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| Oh, y aunque se ha ido hace mucho tiempo
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| Todavía estoy aquí montando con Red
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| cabalgando con rojo |