| Toda la historia es ingenua y simple:
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| Una vez nos sentamos con el Señor en un bar.
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| Y cuando mi amigo está completamente cansado,
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| Le dije: "Señor, vámonos a casa"
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| Se encendían faroles en las avenidas,
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| Y se apresuraron en su negocio de taxis,
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| Su ojo aguamarina fluía como un río,
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| Vertió un azul fabuloso en el cielo.
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| Fue como un sueño, como un sueño
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| Y las estrellas me sonrieron.
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| Fue como un sueño, como un sueño
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| Y las estrellas me sonrieron.
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| Y hablando de la fragilidad del ser,
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| Pasando por alto a los jóvenes sargentos,
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| Caminamos juntos por el universo, Él y yo.
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| Los dioses también se sientan a veces en el pub.
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| Fue como un sueño, como un sueño
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| Y las estrellas me sonrieron.
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| Estaba amaneciendo, el sol rasgaba las nubes.
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| El viento empujaba barcas blancas por el cielo,
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| Le pregunté: “¿Dónde vives, viejo?
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| ¿Y adónde puedo llevarte a casa?".
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| Él sonrió, abrazando mi hombro.
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| “Tú, ya ves, hijo, eres completamente más lindo;
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| ¿Puedo tener un apartamento?
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| ¡Trato de vivir en el alma de todos!”
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| Fue como un sueño, como un sueño
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| Y las estrellas me sonrieron.
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| Fue como un sueño, como un sueño
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| Y las estrellas me sonrieron. |