| Cuando el cansancio te derriba y duermes sobre la marcha,
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| Cuando el timbre está en silencio y el té no está caliente,
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| Y hasta mi amado perro, con el rabo entre las piernas,
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| El bien no espera.
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| Yo, recordando las reglas del juego, salgo a la calle,
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| Mi tienda siempre está abierta, tiene oporto -
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| El vino de los años pasados, cuando el padre pagaba la luz
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| Treinta en el año más oscuro.
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| Coro:
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| Las palomas arrullan, ¿oyes? |
| daré un paso
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| A un viejo ático caldeado por un cálido techo.
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| Y la piel de gallina en la espalda - un niño pequeño
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| En la ventana me sonreirá.
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| ¡Señor Todopoderoso, soy yo!
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| Tal vez soñé, o tal vez estaba borracho.
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| Durante cuarenta años, casi uno frota una lámpara, como Aladdin, -
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| ¿Quizás es un genio?
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| Bueno, ¿cómo te va en el tercer piso, bebé?
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| Todos los espejos siguen intactos y todo está en orden.
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| Las salas de cine persiguen el plan: pantalla completa
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| "Fanfan-tulipán".
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| Un sofá de cuero está acumulando polvo: ya tiene cien años,
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| En eso una vez que repartiste as a diez
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| Y, cantando sus labios con un toro, soñaba con ganarse la vida en un "punto"
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| Y conviértete en un artista como Kryuchkov.
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| Coro:
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| Mira a tu tío, chico, el tío es un artista.
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| Bueno, tu sueño se ha hecho realidad, pero ¡cómo quieres bajar!
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| Tengo el pájaro de fuego en mi mano, sí, cambiaría contigo
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| En un bolsillo vacío.
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| Para salir corriendo a nuestro enorme patio de nuevo,
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| Saltar la valla con los chicos.
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| Y precipitarse de cabeza en el mundo donde juegan a los agujeros
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| Dos cubiertas de lavado.
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| La ropa seca cuelga como banderas en noviembre,
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| Y la ciudad desde el techo es tan hermosa: perder la cabeza.
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| Pronto cantarás sobre él, sucio gavrosh de San Petersburgo,
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| Apretando el cuello como un cuchillo finlandés
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| Y le pedirás al cielo por mucho tiempo reconocimiento,
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| Hasta que cumplas los treinta.
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| Pero charlé, es hora de que deje mi ayer,
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| Adiós, sin pelusa ni pluma.
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| Cuando el cansancio te derriba y duermes sobre la marcha,
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| Cuando el timbre está en silencio y el té no está caliente,
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| Y hasta mi amado perro, con el rabo entre las piernas,
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| El bien no espera.
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| Yo, recordando las reglas del juego, salgo a la calle,
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| Mi tienda siempre está abierta, tiene oporto -
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| El vino de los años pasados, cuando el padre pagaba la luz
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| Treinta en el año más oscuro. |