| Una conversación tranquila de Odessa: un ladrón anciano y entrecerrado, razonó con el joven:
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| - Ah, bueno, ¿qué trajiste? |
| ¿Teshka, olor, lado de pescado? |
| ¿A quién has criado?
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| ¡Mis diamantes de imitación, maldita sea, logré cambiarlos por unos verdes falsos!
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| Eso es lo que tengo que decir y te pido que nunca olvides -
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| Luego comenzó a impulsar el discurso, recuerda para Odessa, reeducar a la juventud.
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| Coro:
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| Odessa - dulces noches de amor y madrugadas,
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| Odessa: días soleados y brillantes, los calurosos.
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| Odessa: en las noches en el mar, las luces se avecinan adiós,
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| Las sombras de las grúas portuarias, gimiendo fuerte, gimen hasta el amanecer.
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| Tranquilo
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| : Madame Kozyulik dice: "Esta chica tiene una mirada".
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| Misha, tírate en la cama, haz la noche y dormirás como un príncipe,
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| una vez que suena el bolsillo.
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| - Señora, no se preocupe por su bolsillo, pero muestre todo el shalman, esto debe hacerse antes.
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| oscuro en el tiempo.
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| Hoy hay conmoción en el puerto, ha llegado una lafa para los fraers, ¡y si yo viviera así! |
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| Los detalles son picantes, a nuestra Misha no le gustaba discutir tratos de contrabando.
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| Coro:
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| Odessa - dulces noches de amor y madrugadas,
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| Odessa: días soleados y brillantes, los calurosos.
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| Odessa: en las noches en el mar, las luces se avecinan adiós,
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| Las sombras de las grúas portuarias, gimiendo fuerte, gimen hasta el amanecer.
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| Y aquí está, oh, Dios mío, una conversación tranquila de Odessa: "Sarah, mira hacia el patio,
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| vuelve a tejer a Qili,
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| Aún así, ¡es hora de la residencia permanente! |
| Dios conceda, sabiduría ya, porque pedí esto, parece:
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| - No molestes a Dios en vano y no juegues con mis nervios, no blasfemes,
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| viejo borracho!
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| ¡Sí! |
| Al menos una vez fui al OViR y luego dije: "¡América!"
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| Eres arrastrado por el viento y cubierto de nieve, ¿recuerdas tus costas natales?
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| Coro:
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| Odessa - dulces noches de amor y madrugadas,
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| Odessa: días soleados y brillantes, los calurosos.
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| Odessa: en las noches en el mar, las luces se avecinan adiós,
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| Las sombras de las grúas portuarias, gimiendo fuerte, gimen hasta el amanecer.
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| - ¡Oh, Odessa, una perla junto al mar! |